El hormigón es una mezcla de componentes sólidos muy diferentes y de agua. Por tanto, el hormigón tiene que ser un material heterogéneo. Pero, entonces ¿el hormigón es una mezcla homogénea o heterogénea?
Decir que un hormigón debe ser homogéneo indica que debe ser uniformemente heterogéneo, es decir, que en cualquier parte de su masa los componentes del hormigón deben estar perfectamente mezclados y en la proporción prevista en el diseño de la mezcla.
La mezcla adecuada de los componentes del hormigón y la homogeneidad de la masa se logra en la amasadora y hormigonera pero, esta mezcla puede dislocarse durante el transporte, el vertido y durante el compactado. Esto puede dar lugar a que los elementos constitutivos del hormigón tiendan a separarse unos de otros y a decantarse de acuerdo con su tamaño y densidad.
A este fenómeno indeseable de separación de los elementos constitutivos de la mezcla se le denomina segregación del hormigón , y puede dar origen a hormigones con superficies mal acabadas, con coqueras o, por el contrario, con exceso de mortero, con una gran repercusión negativa en la durabilidad y resistencias mecánicas del hormigón.
La exudación del hormigón es otra forma de segregación en la que el agua tiende a elevarse hacia la superficie de la mezcla de hormigón como consecuencia de la incapacidad de los áridos de arrastrarla con ellos al irse compactando. Esta agua crea en la superficie del hormigón una capa delgada, débil y porosa que no tiene resistencias ni es durable.
Un hormigón con buena cohesión no presentará ni exudación ni segregación y, por tanto, será homogéneo.
Pérdida de homogeneidad del hormigón
- Cuanto menor sea la cohesividad del hormigón, mayor será la pérdida de homogeneidad,, es decir, cuanto menos adecuada sea la relación arena/grava, mayor el tamaño máximo del árido, mayor el contenido de agua, etc. Los hormigones deben ser dóciles sin que presenten segregación, es decir, deben tener cohesión.
- En un hormigón con muchos finos y con una dosificación pobre en agua, es decir, un hormigón muy seco, los áridos más gruesos tienden a separarse depositándose en el fondo con más facilidad que las partículas finas. Si a este hormigón se le va aumentando la cantidad de agua se mejorará su cohesión a la vez que se irá eliminando la segregación.
- Si la cantidad de agua es excesiva existe el riesgo de que se separe el mortero de la mezcla y se vuelvan a segregar los áridos. Por tanto, existen dos tipos de segregación diferentes, para una misma mezcla, en función del agua de amasado.
- Las mezclas propensas a la segregación son las poco dóciles o ásperas, las extremadamente fluidas o secas, o aquellas que tienen gran cantidad de arena. Se pueden producir también segregación en un hormigón que, a pesar de ser muy dócil, haya sido maltratado o sometido a operaciones inadecuadas.